Tibebu Belete*
Una mejor comprensión del mecanismo de defensa de las plantas es crucial para mejorar la salud y el rendimiento de los cultivos. La defensa de las plantas contra los patógenos bacterianos es el resultado de una combinación compleja de características estructurales de la planta y reacciones bioquímicas inducidas. Además de la defensa constitutiva, las plantas pueden percibir directa o indirectamente la presencia de una bacteria y, posteriormente, inducir respuestas de defensa de la planta. Estas reacciones bioquímicas inducibles tienden a crear condiciones fisiológicas protectoras para limitar el crecimiento bacteriano y la invasión en los tejidos del huésped. La defensa inducible de la planta comienza cuando una molécula bacteriana particular o su característica estructural es reconocida por los receptores de reconocimiento de proteínas transmembrana (PRR) en la superficie de la célula vegetal. El reconocimiento se basa en características conservadas de las moléculas de origen bacteriano, es decir, patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP). Esto induce la inmunidad desencadenada por PAMP (PTI) y la expresión de genes de defensa, lo que previene la patogénesis. Sin embargo, algunos patógenos pueden liberar moléculas efectoras y superar la PTI, lo que conduce a la susceptibilidad desencadenada por efectores (ETS). Posteriormente, las plantas poseen proteínas de resistencia (R) que generalmente contienen dominios de unión a nucleótidos (NB) y repeticiones ricas en leucina (LRR) que desencadenan una cascada de señalización al reconocer efectores específicos. Esto conduce a la activación de genes posteriores para crear una respuesta de defensa robusta y rápida que evite la propagación de bacterias. Generalmente, estas acciones contra patógenos bacterianos invasores están controladas directa o indirectamente por materiales genéticos (genes) de las plantas hospedantes. Por lo tanto, el objetivo de esta revisión es discutir y resumir cómo se piensa que los receptores activan las defensas, cómo los patógenos bacterianos superan este sistema de defensa basal y cómo las plantas han desarrollado una segunda capa de defensa, con énfasis en las futuras prioridades de investigación.