Sona Jasani*, Grace Tartaglia, Percy Luk Yeung y Chi-Wei Lu
El trastorno del espectro autista (TEA) implica una enorme carga para la salud con implicaciones psicológicas, sociales y económicas. La biología del TEA es compleja e involucra factores genéticos, moleculares, hormonales e inmunológicos; sin embargo, hasta el momento no se ha identificado el punto de convergencia de estos diversos factores. Existe evidencia limitada que sugiere que la placenta puede desempeñar un papel rector en la manifestación del TEA. La placenta es un modulador neuroendocrino al participar en el eje hipotálamo-hipofisario-gonadal (HPG) fetal y también regula el entorno intrauterino mitigando la exposición fetal a factores dañinos para modular la respuesta al estrés fetal. La disfunción placentaria se ha asociado con anomalías del desarrollo y patología neuropsiquiátrica, lo que se suma a la plausibilidad biológica del papel rector que puede desempeñar la placenta en el desarrollo del TEA. Al utilizar tecnología actual como las células madre pluripotentes inducidas (iPSC), se puede crear un sistema modelo práctico para estudiar el TEA, lo que proporciona un método alternativo para investigar más sobre la placenta en el desarrollo del TEA.