Coulic V, Mikhalski D, DePrez C, Iesuitova NN, Makarova LF, Maksimenkova AN y Delrée B
El papel que desempeña el sistema nervioso central en la regulación y coordinación general de las actividades de los órganos, tejidos e incluso células no deja de despertar la curiosidad de los investigadores. Recientemente se han obtenido datos importantes en el campo de los nuevos neurotransmisores y otras moléculas activas cuyos mecanismos de acción e interacción se han aclarado. Pero la función del sistema nervioso intraorgánico y local, sus relaciones con los principales centros cerebrales y medulares siguen siendo un poco enigmáticas, aunque se sabe mucho sobre las pequeñas vías de transmisión aferente, eferente e interneuronal.
Para aislar la influencia del sistema nervioso central e intramural del intestino, se consideraron varias situaciones: 1) interrupción quirúrgica de los enlaces nerviosos reflejos (NRI), que siempre está presente en el trasplante de órganos y ocurre a menudo en traumatismos de la médula espinal, 2) lesión del sistema nervioso intramural con enlaces perfectamente conservados con el sistema nervioso central, por ejemplo después de una isquemia intestinal y en la enfermedad de Hirschprung. Como control se elaboró una técnica de re-inervación quirúrgica dirigida (SDR) del injerto intestinal mediante sutura del plexo mesentérico dividido. También se utilizó un modelo de reconstrucción ontogenética de órganos similares a los adultos después de la implantación singénica en un organismo adulto de un órgano fetal que contiene (intestino) o no (hígado, páncreas) un sistema nervioso intramural organizado.
Los experimentos con 101 perros, 300 ratas y 25 ratones fueron realizados por el mismo equipo según las normas de la Bioética.
Los estudios realizados incluyeron la comprobación de la conexión nerviosa con el sistema nervioso central (presencia de reflejo rectoentérico, reacción normal a sustancias anticolinérgicas), la evaluación de la motilidad, la secreción, la digestión de la membrana del intestino, así como la microscopía óptica y electrónica de los órganos diana.
Los resultados pueden resumirse de la siguiente manera:
La desconexión del sistema nervioso central no afecta significativamente más allá de unos días (influencia del trauma de la operación) las funciones intrínsecas y la morfología del intestino, pero sí influye en el propio ritmo de la actividad del órgano, que se vuelve “autónomo” y deja de integrarse en la regulación general de la función del tracto digestivo. Crea trastornos como el tránsito acelerado de nutrientes, hipersecreción, pérdida de peso corporal. La actividad del estómago y el colon que quedan vinculados con el sistema nervioso central se modifica de tal manera que el proceso digestivo final se adapta y se realiza correctamente (intervención de coordinación del sistema nervioso central). La restauración del control reflejo del sistema nervioso central del intestino operado conduce a la normalización de su actividad y de todo el proceso digestivo.
La destrucción del sistema nervioso intramural, ya sea por isquemia prolongada o por displasia congénita, afecta tanto a la función como a la morfología del intestino. El desarrollo ontogenético completo de un órgano fetal injertado es posible solo cuando presenta un sistema nervioso intramural (por ejemplo, el intestino). Si las neuronas intraorgánicas no están organizadas en plexos, el desarrollo del injerto es parcial y no coordinado: solo se desarrollan estructuras aisladas y débilmente organizadas (por ejemplo, en el hígado fetal de crecimiento ectópico: conductos biliares, columna de hepatocitos; en el páncreas: células endocrinas aisladas o en grupos), sin ninguna conexión entre ellas.
Estos hallazgos pueden ser interesantes para el desarrollo del trasplante de órganos, ya que pueden ser útiles para restablecer no sólo las conexiones vasculares del injerto con el huésped, sino también las conexiones nerviosas del trasplante con el sistema nervioso central del receptor (cerebro y médula espinal). Esta concepción puede ser útil en el tratamiento de patologías como las dificultades digestivas en pacientes tetrapléjicos y parapléjicos por un lado, y la enfermedad de Hirschprung por el otro. También puede ayudar a considerar y comprender los problemas que pueden ser las consecuencias de las alteraciones del sistema nervioso central para la digestión o, por el contrario, la incidencia de trastornos periféricos graves para la actividad cerebral.