Elton Carvalho Costa, Clarisse Maximo Arpini y João D Lopes Martins
Desde 1928, cuando se descubrieron los antibióticos, estos han promovido el control de enfermedades infecciosas de origen bacteriano. Sin embargo, las características químicas de estos medicamentos pueden representar un riesgo potencial para la salud pública y el medio ambiente, ya que sus residuos tienen algunos componentes que son resistentes y de difícil descomposición y, una vez administrados a la población en general o en grandes centros farmacoterapéuticos como los hospitales, pueden provocar que la contaminación del suelo, de las fuentes de agua y de las aguas residuales se vuelva inminente y preocupante. Esta investigación cuantificó los coliformes fecales termotolerantes E. coli y Enterococcus y también determinó el perfil de sensibilidad a los antibióticos de E. coli y Enterococcus spp. aislados de aguas cloacales y de playas de la ciudad de Vila Velha, Espírito Santo. Los microorganismos indicadores cuantificados de las aguas de playas demostraron puntuaciones dentro de los estándares de balneabilidad. Los puntos de recolección de aguas cloacales permitieron el aislamiento de bacterias entéricas con puntuaciones entre <3à >2, 4 × 105. Todas las E. coli aisladas mostraron (100%) sensibilidad a aztreonam, ciprofloxacino, cloranfenicol, ceftriaxona, gentamicina, imipenem y nitrofurantoína, mientras que para amoxicilina, sulfazotrim y tetraciclina el perfil de sensibilidad fue variado, mostrando porcentajes menores para muestras de aguas cloacales. Los Enterococcus spp. aislados mostraron (100%) sensibilidad solo a los antibióticos bacitracina, cloranfenicol y vancomicina. Este perfil de sensibilidad menor de las bacterias aisladas a algunos antibióticos puede estar relacionado con la presencia de estos fármacos en el ambiente.