Abstracto

Devolver vida a partir de la muerte: ¿Existe una buena justificación para la clonación póstuma?

Daniel Sperling

Aunque es una idea especulativa y éticamente controvertida, la clonación de una persona muerta puede ser científicamente posible a medida que se sigan realizando más experimentos con animales muertos. El artículo propone que la clonación póstuma puede justificarse en los casos en que los muertos expresaron su deseo de ser clonados, o cuando los parientes más próximos buscan extender el impacto de los muertos en los vivos. Según este argumento, la justificación de la clonación póstuma no se deriva del concepto de autonomía reproductiva, sino del interés de la persona en el reconocimiento de su propia existencia simbólica. Por lo tanto, la clonación póstuma promueve el reconocimiento de la existencia simbólica de los muertos (a través del clonado), y enriquece indirectamente la imagen social, el sentido de identidad y la autonomía relacional del clonado. Vista de esta manera, la clonación no debería considerarse un acto que viola la dignidad humana o que instrumentaliza al clonado.
Sin embargo, el artículo sugiere la siguiente limitación para la clonación póstuma: que la naturaleza de la relación entre el clonado y las personas que preservan la existencia simbólica del muerto debe ser la misma que antes de la clonación. Esta limitación convertiría la clonación póstuma en un fenómeno excepcional. Independientemente de su prevalencia, la clonación póstuma nos obliga a repensar nuestras opiniones morales generales sobre la clonación y la ética de la muerte.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado