Graziella Caselli, Marco Battaglini, Giorgia Capacci
La persistencia del descenso de la mortalidad en todas las edades, y en particular en las más avanzadas, significa que un número cada vez mayor de individuos se están convirtiendo en centenarios y semi-supercentenarios. Nuestra hipótesis es que las diferencias de género en el nivel de mortalidad en las edades avanzadas tuvieron un impacto en el número de hombres y mujeres que alcanzaron los 100 años y, por lo tanto, en la brecha de género. La migración internacional relacionada con el trabajo también fue una característica importante de las cohortes italianas nacidas en las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras décadas del XX, ya que estas migraciones afectaron más a los hombres que a las mujeres.
En base a los datos de mortalidad del Istat (Encuesta sobre las causas de muerte y Encuesta sobre las muertes de la población residente) y de la Encuesta de semi- y supercentenarios -SSC, realizada por el Istat desde 2009, el objetivo de este artículo es presentar la evolución de la brecha de género para las cohortes nacidas entre 1870 y 1912 de más de 100 y 105 años. Hemos confirmado nuestra hipótesis, explicando las características de esta evolución sobre la base de estimaciones del papel desempeñado por las diferentes historias migratorias de los dos géneros y, sobre todo, por las diferencias en las trayectorias de supervivencia masculina y femenina de las cohortes en estudio.