Juan Luis González López, Paloma Ruiz Hernández y Paloma Ruiz Hernández
Antecedentes: Los catéteres venosos periféricos (CVP) presentan un menor riesgo de infección que los catéteres venosos centrales (CVC), sin embargo, su alta frecuencia de uso hace que los CVP sean un problema importante. Actualmente, no existe consenso en cuanto al diagnóstico de las infecciones por CVP y las recomendaciones actuales no solo son utópicas, sino que pueden llevar a una subestimación de las tasas de infección.
Objetivos: Comparar la incidencia de colonización bacteriana y la IRC. Identificar la colonización bacteriana significativa en la IRC, así como los principales patógenos que causan colonización bacteriana e IRC en la PVC de larga duración.
Material y métodos: Ensayo controlado aleatorizado dirigido por enfermeras para comparar el sistema cerrado (COS) con el sistema abierto (MOS), donde los catéteres se retiraron solo por indicación clínica y se insertaron y mantuvieron de acuerdo con las pautas de los CDC, excepto las que se aplican a las recomendaciones de reemplazo de rutina. Se utilizó la técnica de cultivo semicuantitativo ciego de Maki. ClinicalTrials.gov (NCT00665886).
Resultados: Se aleatorizaron 1183 catéteres (631 pacientes), 584 en el grupo COS (54.173 horas-catéter registradas) y 599 en el grupo MOS (50.296). Se cultivaron 283 CVP, es decir, el 24% de la muestra. El tiempo medio de permanencia hasta la aparición del evento de COS fue de 239,5 horas en comparación con 171,9 con MOS. No se encontraron diferencias significativas en las tasas de incidencia acumulada o densidad de incidencia por 1000 días-catéter para la colonización bacteriana, y no se encontró significación estadística entre las tasas de IRC (COS, 2,2%; MOS, 2,5%). Sin embargo, observamos una reducción del riesgo relativo (RRR) del 22% en IRC con COS. De los 283 cultivos, el 21,9% fueron positivos, de los cuales el 46,8% fueron en COS y el 53,2% en MOS. No se encontraron diferencias significativas entre los microorganismos aislados, número de colonias o tipo de germen. Staphylococcus fue responsable del 80,3% de la colonización y del 85,7% de las IRC. S. epidermidis fue responsable del 48,8% de la colonización y del 52,4% de las IRC. S. aureus se aisló en dos casos (9,5%), uno en cada grupo.
Discusión: Al igual que en estudios previos, a pesar de una reducción en la incidencia de IRC en sistemas cerrados, la diferencia no alcanzó significación estadística. Nueve IRC registradas en COS fueron causadas por Gram + (100%), mientras que en MOS 9 IRC fueron registradas por Gram + (75%), 2 por Gram - (16,7%) y una por Candida (8,3%). Nuestros datos parecen confirmar que las bacterias aisladas de sistemas cerrados son menos virulentas y/o que estos sistemas pueden ofrecer protección contra IRC.
Conclusión: Las guías internacionales de buenas prácticas clínicas deberían diferenciar la IRC de la IRC en el manejo de las infecciones asociadas a vías periféricas. No existen diferencias estadísticas entre las tasas de IRC. Sin embargo, existe una RRR de IRC con sistemas cerrados. Un total del 29% de los catéteres cultivados se asociaron a IRC (26,5% en COS, 31,3% en MOS), lo que sugiere una menor virulencia de las bacterias aisladas en sistemas cerrados o una mayor protección ofrecida por dichos sistemas. En las CVP de larga duración, los estafilococos causan el 80% de las colonizaciones y el 100% de las IRC en sistemas cerrados y solo el 75% en abiertos. No hubo diferencias significativas entre las bacterias aisladas, el número de colonias o el tipo de patógeno.