Sabrina Vals
La leucemia mieloide aguda es una enfermedad que se asocia a un alto grado de horror y mortalidad, tanto por la enfermedad como por su tratamiento agresivo. Su curso clínico se ve acentuado por una amenaza inminente para la vida en puntos específicos de la dirección de la enfermedad. Sin embargo, la respuesta psicológica a esta amenaza no ha sido bien estudiada ni se han establecido los principios para la atención psicológica en la situación actual. Los síntomas de estrés postraumático (SPT) se refieren a un estado emocional intenso y temperamental que puede ocurrir debido a la rápida experiencia de una lesión. Este estado se caracteriza por síntomas vacilantes de aislamiento emocional o desensibilización, hiperactivación, pensamientos intrusivos y evasión de los signos de la lesión previa. Los síntomas de SPT más extremos que ocurren dentro de los primeros meses de exposición a un accidente grave pueden cumplir con los criterios indicativos del DSM-IV-TR para un trastorno de estrés postraumático (TEA). Los síntomas del TEPT son clínicamente aplicables porque están asociados con una disminución de la satisfacción personal y la prosperidad emocional y, cuando son lo suficientemente graves como para cumplir con los criterios del TEA, con un aumento de diez veces en el riesgo de suicidio consumado. Se ha encontrado una relación directa entre la gravedad de la lesión y los efectos secundarios del TEPT resultantes. Sin embargo, los factores relacionados con el individuo y el entorno social también predicen el resultado. Los factores de riesgo previos al trauma incluyen antecedentes psicológicos, menor confianza, menor educación, menor estatus económico, edad más joven y orientación sexual femenina [5,6]. El apoyo social posterior al trauma y el sentimiento de importancia y armonía, atrapados en el desarrollo de la prosperidad espiritual, también pueden proteger contra los efectos psicológicos negativos del trauma.