N. Girish, K. Saileela y SK Mohanty
Introducción: La septicemia neonatal es una causa importante de morbilidad y mortalidad. Como las infecciones por K. pneumoniae y E. coli productoras de BLEE están aumentando, el presente estudio se llevó a cabo en la UCIN de KIMS, Narketpally, con el objetivo de identificar las fuentes ambientales y el modo de transmisión durante un período de 3 años desde agosto de 2006 hasta julio de 2009.
Materiales y métodos: Se estudiaron 264 neonatos ingresados en la UCIN con características clínicas sugestivas de septicemia mediante hemocultivo y determinación de PCR. Se determinó el patrón de susceptibilidad a antibióticos. La detección de BLEE se realizó mediante la prueba de sinergia de doble disco. Se recogieron muestras ambientales de varios sitios (incubadoras, unidades de fototerapia, aparatos de succión, carros, puertas, suelos, superficies de trabajo) utilizando hisopos estériles cada mes y se procesaron simultáneamente.
Resultados: De los 264 hemocultivos, 197 (75%) mostraron crecimiento bacteriano. K. pneumoniae, 64 (32,7%) fue el organismo más común seguido de E. coli 55 (28%), S. aureus 31 (16%), Pseudomonas aeruginosa 28 (14%), Acinetobacter 13 (7%) y Staphylococci coagulasa negativo 6 (2,8%) respectivamente. K. pneumoniae y E. coli se aislaron de varios sitios ambientales al menos en una ocasión y consistentemente de unidades de fototerapia, puerta y piso de la UCIN. La similitud entre los antibiogramas de cepas productoras de ESBL de K. pneumoniae y E. coli aislados de neonatos y el ambiente de la UCIN fue estadísticamente significativa (P < 0,05).
Conclusión: El uso generalizado de cefalosporinas de tercera generación como antibiótico preventivo en casos sospechosos de septicemia ha contribuido a la aparición de K. pneumoniae y E. coli productoras de ESBL, además de otros factores de riesgo, que han colonizado ampliamente el entorno de la UCIN. El aislamiento repetido de estos dos organismos del entorno de la UCIN demuestra que algunas de las infecciones neonatales pueden provenir del propio entorno. La transmisión se puede detener manteniendo la esterilidad de la UCIN y la higiene de manos entre las madres y los trabajadores de la salud.