Yogen Singh y Luke McGeoch
Los defectos cardíacos congénitos siguen siendo la malformación congénita más común en los nacidos vivos y son la principal causa de mortalidad infantil en el mundo desarrollado. Los principales avances en el tratamiento durante la última década han llevado a mejoras significativas en la supervivencia de los bebés con defectos cardíacos congénitos. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno y apropiado de las cardiopatías congénitas críticas y graves son esenciales para mejorar los resultados. La detección de anomalías cardíacas congénitas se está utilizando para detectar los defectos cardíacos congénitos críticos y significativos prenatalmente entre las semanas 18+0 y 20+6 de embarazo. Esto ayuda a los profesionales y a los padres a tomar decisiones críticas sobre el embarazo, planificar el parto y preparar a los padres para los problemas previstos. Se ha demostrado que el diagnóstico prenatal de las cardiopatías congénitas críticas mejora los resultados en los bebés con defectos cardíacos congénitos críticos.