Guillermo Galindo Reyes
Durante las últimas décadas, la acuicultura de diversas especies ha crecido vertiginosamente alrededor del mundo. En México, la acuicultura de camarón ha sido la más importante. Alrededor del 73-75% de los criaderos de camarón se encuentran en ecosistemas costeros de los estados de Sonora y Sinaloa, ubicados a lo largo del Golfo de California. En estos estados no hay industria petrolera; sin embargo, varias industrias y otras actividades vierten derivados del petróleo (de manera imprudente o accidental) en aguas costeras; como sucede en el estero de Teacapan y la laguna Huizache-Caimanero. El objetivo de este trabajo fue cuantificar los niveles de HAP en el agua de estos ecosistemas, y evaluar el daño genotóxico al camarón, en condiciones de laboratorio. Se tomaron muestras de agua durante los meses lluviosos y secos de ambos sistemas costeros, y luego se analizaron por Cromatografía de Gases (GC). Una vez conocidas las concentraciones de HAPs, lotes de siete camarones juveniles fueron expuestos a concentraciones subletales de Naftaleno, Fenantreno, Criseno, Fluoreno, Antraceno, Pireno, Fluoranteno, Benzo(b)fluoranteno y Benzo(a)pireno durante 21 días, ya que estos fueron los HAPs más frecuentemente encontrados. Al final del periodo de exposición, se evaluó la genotoxicidad mediante el ensayo Cometa y la presencia de micronúcleos en los hemocitos de camarón. Los resultados demostraron daño genotóxico por presencia de cometas y micronúcleos con mayor frecuencia en los camarones expuestos que en los controles. Además, se observó una disminución en el crecimiento de los camarones expuestos. Estos resultados indican un riesgo potencial para la acuicultura de camarón en Sinaloa y la salud humana, ya que el camarón se exporta y se consume localmente, y porque en algunos casos, las concentraciones experimentales de HAPs fueron menores que las concentraciones de algunos HAPs encontrados en el agua del estero de Teacapan y las lagunas Huizache–Caimanero.