Abstracto

El aborto inducido no puede convertirse en un derecho humano

Giuseppe Benagiano y Claudio Sartea

Un análisis cuidadoso de los documentos existentes, tanto internacionales como nacionales, lleva a la conclusión de que no hay evidencia convincente de la existencia de un “derecho irrestricto al aborto”. En efecto, incluso cuando el acceso al aborto ha sido declarado un derecho protegido constitucionalmente, este acceso puede ser objeto de reservas. Además, creemos que no es posible establecer un derecho al aborto, tanto por la estructura de los derechos individuales como por la naturaleza específica de la solicitud de aborto. Esto significa que discutir la existencia de un “derecho al aborto” se ha convertido en una cuestión política y social, no teórica. Es una cuestión que no puede resolverse, de una vez por todas, de manera no ideológica, ya que presenta un dilema irresoluble entre el derecho universal y abstracto a la vida de todos los seres humanos, y la realidad de un poder efectivo de los padres (y de la madre en particular) para negar tal derecho al producto de la concepción. Por esta razón, creemos que el deber de las instituciones internacionales y nacionales no es tanto demorarse en discusiones estériles y contradictorias sobre la naturaleza y el alcance de un hipotético derecho a interrumpir un embarazo, sino identificar remedios y desarrollar estrategias constructivas para promover una procreación consciente y responsable que incluya la protección adecuada de la nueva vida humana.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado