Paraskevopoulou Stavroula
A pesar de la existencia de códigos éticos, los profesionales de la salud mental a menudo tienen dificultades para tomar decisiones sobre el tratamiento de los pacientes porque sus deberes hacia ellos pueden ser conflictivos. Uno de estos casos es el tratamiento involuntario de la anorexia nerviosa, es decir, la alimentación involuntaria del paciente sin su consentimiento. En este punto se plantea la cuestión de a qué deber debe dar prioridad el profesional de la salud mental: ¿al deber de respetar la autonomía del paciente y el derecho a decidir por sí mismo sobre su tratamiento o al deber de respetar el beneficio de la salud del paciente, incluso si la decisión del tratamiento es contraria a su voluntad? Para tomar una decisión terapéutica es importante tener en cuenta que una característica básica de la anorexia nerviosa es la imagen distorsionada que el paciente tiene de su cuerpo que puede afectar a su capacidad de decidir sobre su salud. Este hecho lleva a preguntarse si realmente existe el concepto de autonomía del paciente en la anorexia nerviosa y, por tanto, el deber del terapeuta de respetarla o si se trata de un pseudodilema porque el juicio del paciente no está guiado por el libre albedrío, sino por su imagen distorsionada.