Abstracto

Yodo, ¿ingerir o no?

Heverton Alves Peres

Actualmente, la población utiliza medicamentos que contienen flúor/cloro e ingiere bromuro que se encuentra en el pan, por lo que ocupan el lugar del yodo dañando la tiroides. La deficiencia de yodo es un importante problema de salud pública, así como la yodofobia médica. Esta mini-revisión aborda el efecto de la suplementación con yodo en la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas. En esta línea de base, hay seis revisiones sistemáticas publicadas en los últimos 6 años, además de que la OMS / UNICEF alientan el uso seguro de yodo en las dosis de 200 µg / día durante el embarazo y 250 µg / día en mujeres lactantes. Sin embargo, un estudio australiano mostró que de 396 proveedores de atención médica, solo el 71% conocía la recomendación del Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud para la suplementación con yodo, (38%) conocía la dosis recomendada y (44%) la duración. Más allá de conocer las propiedades terapéuticas del yodo, un ensayo clínico mostró que la suplementación con yodo en mujeres con sobrepeso reduce la prevalencia de hipercolesterolemia. Aunque existen evidencias sólidas que demuestran que el yodo previene y combate diversas enfermedades, algunos médicos y ginecólogos aún no prescriben yodo en el embarazo y la lactancia por miedo, desconocimiento o falta de conocimiento. Por ello, es urgente un cambio de paradigma en el modelo médico actual en relación a la ingesta de yodo.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado