Stuart M. Brooks
Un irritante es una sustancia química no corrosiva que provoca una reacción inflamatoria no inmunológica reversible tras el contacto directo con la piel, los ojos, la nariz o el sistema respiratorio. Existen numerosas reacciones a los irritantes, entre ellas, cambios en la espirometría, niveles elevados de óxido nítrico en el aire exhalado, aumento de la respuesta a la provocación con alérgenos y alteración de las defensas antioxidantes. La irritación desencadena una “sopa inflamatoria” de moléculas de señalización que conducen a cambios tisulares caracterizados por la infiltración de células inflamatorias mononucleares, congestión vascular, aumento del flujo sanguíneo, edema contiguo con fuga de plasma, hipersecreción glandular e hiperreactividad nerviosa. El asma aguda inducida por irritantes, también conocida como síndrome de disfunción reactiva de las vías respiratorias (RADS), es un tipo de asma no alérgica que se presenta sin un período de latencia previo. Las manifestaciones del síndrome de RADS comienzan dentro de las 24 horas posteriores a una única exposición masiva a un gas, vapor o humo irritante, lo que produce una inflamación continua de las vías respiratorias, una remodelación alterada de las vías respiratorias, cambios estructurales persistentes, alteraciones neuronales e hiperreactividad incesante de las vías respiratorias. Se recomienda que el síndrome de RADS o cualquier exposición grave por inhalación se trate en un entorno hospitalario. Las evaluaciones broncoscópicas seriadas ayudan a tomar decisiones de tratamiento. El tratamiento requiere un juicio astuto y habilidad para un escenario clínico que cambia rápidamente. La influencia de los olores y las emociones en la patogenia de las respuestas inhalatorias inducidas por irritantes es significativa.