Abudu Sakara, Moisés Y. Namoog y Samuel Kofi Badu-Nyarko
Desde tiempos inmemoriales, la práctica de la planificación familiar moderna se ha asociado únicamente a las mujeres. Sin embargo, ahora resulta muy claro que para que cualquier programa de planificación familiar logre el impacto deseado, necesitará la participación activa y plena tanto de la esposa como del esposo. Lamentablemente, sin embargo, esta no es la realidad en la metrópolis de Tamale en Ghana. Esto es el resultado de conceptos erróneos y rumores asociados con la planificación familiar, ya que la mayoría de los hombres, especialmente los musulmanes, se han mostrado muy reacios a practicar la planificación familiar. Por lo tanto, este artículo analiza los conceptos erróneos y los rumores asociados con la planificación familiar, que sirven como un obstáculo para la participación de los hombres musulmanes y las medidas que se deben emplear para cambiar sus actitudes negativas hacia la práctica de la planificación familiar en la metrópolis de Tamale en la región norte de Ghana. El estudio empleó el diseño de investigación de encuesta con la ayuda de técnicas de muestreo aleatorio simple e intencional para alcanzar sus objetivos. Los datos para el estudio se generaron a partir de un tamaño de muestra de 240 hombres musulmanes casados mediante el uso de debates en grupos focales (FGD) y programas de entrevistas estructuradas. El estudio reveló que, aunque los hombres musulmanes tienen cierto nivel de conciencia y conocimiento sobre la planificación familiar, no utilizan ninguno de los métodos. Esta situación se atribuyó en gran medida a conceptos erróneos y rumores, así como a creencias religiosas y culturales. Las medidas identificadas para la participación efectiva de los hombres musulmanes en la planificación familiar incluyen una educación intensiva y adecuada, tanto en medios impresos como electrónicos, basada en información precisa y relevante para abordar no sólo los beneficios, sino también los conceptos erróneos y rumores infundados. La atención debe centrarse en los líderes de opinión religiosos, tradicionales y de otro tipo que constituyen la reserva de estos sistemas de creencias religiosas y culturales.