Abstracto

Responsabilidades parentales, médicas y sociológicas: “Octomom” como caso de estudio sobre la ética de los tratamientos de fertilidad

Bertha Álvarez Manninen

La aparición y el desarrollo de diversas formas de tratamientos de fertilidad ha hecho realidad el sueño de la paternidad para muchas personas que no pueden lograrlo mediante los métodos tradicionales de concepción. Sin embargo, como ocurre con muchos avances científicos, los tratamientos de fertilidad se han utilizado de forma incorrecta. Aunque todavía son poco frecuentes en comparación con el nacimiento de un solo feto, el número de trillizos, cuatrillizos y otros nacimientos múltiples de orden superior se ha cuadriplicado en los últimos treinta años en los Estados Unidos, debido principalmente al uso cada vez más frecuente de tratamientos de fertilidad. En cambio, el número de nacimientos múltiples ha disminuido en Europa en los últimos años, a pesar de que el 54% de todos los ciclos de tecnología de reproducción asistida tienen lugar en Europa, muy probablemente porque se han aplicado directrices oficiales en varios países destinadas a reducir la incidencia de nacimientos múltiples de orden superior.1 La gestación de fetos múltiples puede tener consecuencias nefastas para ellos: pueden sufrir abortos espontáneos, nacer muertos o morir poco después del nacimiento. Cuando sobreviven, suelen nacer de forma prematura y con bajo peso, y pueden sufrir toda una vida de discapacidades físicas o del desarrollo.
El objetivo de este artículo es explorar las dimensiones morales de ciertos usos de los tratamientos de fertilidad a la luz de los peligros conocidos que pueden resultar de los nacimientos múltiples de alto orden. Lo haré centrándome principalmente en el ahora infame caso de Nadya Suleman, también conocida como “Octomom”. Sostengo que Suleman y su médico de fertilidad, Michael Kamrava, violaron deberes y virtudes importantes en la creación de sus octillizos, pero que mi crítica de sus acciones se aplica igualmente a muchos otros usos cuestionables de la tecnología reproductiva. Además, demostraré que la responsabilidad de frenar el aumento de los nacimientos múltiples de alto orden recae no solo sobre los hombros de los pacientes y sus médicos, sino también sobre los hombros de la comunidad de médicos de fertilidad en general, las compañías de seguros e incluso los medios de comunicación.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado