Julian CL Lai, Xiadong Yue y Su-Xia Li
El duelo conyugal, considerado uno de los factores de estrés psicosocial más intensos, ha sido estudiado ampliamente durante las últimas tres décadas. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de datos que indican las consecuencias nocivas de la muerte de un cónyuge, el proceso por el cual el duelo se traduce en mala salud y mayor mortalidad sigue sin estar claro. Investigaciones anteriores han demostrado que no todas las personas que atraviesan un duelo conyugal se ven afectadas por igual. Es más probable que se observe un aumento de la morbilidad en el grupo de personas jóvenes y mayores, y en aquellas que no pueden afrontar el duelo de forma adaptativa. Un examen cuidadoso de la literatura identifica dos cuestiones importantes que aún no se han abordado adecuadamente. La primera se relaciona con los elusivos mecanismos fisiológicos que subyacen a la morbilidad inducida por el duelo. La segunda se refiere al enfoque exclusivo en la vulnerabilidad en las investigaciones anteriores, lo que da como resultado una falta de comprensión de los factores que facilitan una mejor adaptación. Este artículo aborda las dos cuestiones y propone un modelo psiconeuroendocrino para informar la investigación futura.