Viktor M Grishkevich y Vishnevsky AV
Antecedentes: Las contracturas en flexión de rodilla post-quemadura causan limitaciones funcionales de toda la extremidad inferior, no permitiendo al paciente caminar normalmente, creando defectos cosméticos graves y, por lo tanto, requiriendo reconstrucción quirúrgica. Las características anatómicas de las contracturas en flexión de rodilla y su tratamiento han sido cubiertas en la literatura mucho menos que las grandes articulaciones de las extremidades superiores, y su tratamiento sigue siendo un desafío para muchos cirujanos. Métodos: Se estudió la anatomía de las contracturas en flexión de rodilla post-quemadura en 58 pacientes y las contracturas fueron eliminadas quirúrgicamente utilizando nuevos enfoques y técnicas. Los resultados del seguimiento se observaron de 6 meses a 12 años. Resultados: Las contracturas en flexión de rodilla post-quemadura se dividieron en tres tipos anatómicos: borde, medial y total. Las contracturas de borde fueron causadas por cicatrices ubicadas en la superficie lateral o medial de la rodilla y se caracterizaron por la presencia del pliegue a lo largo del borde de la fosa poplítea. La lámina lateral del pliegue estaba cicatrizada y las cicatrices ulcerosas k deben ser extirpadas. El estudio es la investigación original del 1er nivel de evidencia. Conclusión: Se identificaron tres tipos anatómicos de contracturas por flexión de la cicatriz de la rodilla: borde, medial y total. Una técnica justificada anatómicamente para las contracturas de borde y medial fue la plastia con colgajo trapezoidal. Las contracturas totales y la mayoría de las contracturas mediales se eliminaron de manera eficiente con la escisión de la cicatriz y el injerto de piel; rara vez se necesitó un distractor externo.