Steven G. Koven*
El TEPT es un trastorno cerebral que implica grandes costos para las personas, las familias y la sociedad en general. Los costos monetarios directos asociados con los síntomas de TEPT de los veteranos militares estadounidenses han aumentado de manera constante. Los indicadores menos directos de los costos del TEPT para la sociedad incluyen las externalidades de una menor productividad económica, disfunción familiar, comorbilidades del TEPT, adicciones a las drogas y al alcohol. Las recompensas a los veteranos vinculadas al TEPT se otorgan con la suposición tácita de que no existen "curas" para el TEPT. Las políticas de la Administración de Veteranos adoptan la estrategia farmacológica de dispensar medicamentos que no han sido aprobados para su uso en el TEPT por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. A pesar de las políticas gubernamentales existentes con respecto al tratamiento del TEPT de los veteranos, la literatura emergente indica que existen tratamientos innovadores para el TEPT, que merecen un mayor escrutinio y que pueden presentar mejores alternativas a las opciones del statu quo. En particular, la investigación notable sobre el uso del bloqueo del ganglio estrellado o SGB parece ser prometedora. Además de la investigación sobre el síndrome de Guillain-Barré, la literatura ha demostrado que los enfoques para el TEPT, como la actividad física, la meditación, la terapia en la naturaleza y la autoayuda, son prometedores como tratamientos. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado dos medicamentos para el tratamiento, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), sertralina (Zoloft) y paroxetina (Paxil), para aliviar los síntomas del TEPT. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos advirtió que estos medicamentos conllevan el riesgo de pensamientos suicidas, hostilidad y agitación. Igualmente preocupante, si no más preocupante, la literatura indica que los médicos recetan comúnmente tranquilizantes benzodiazepínicos (como Valium y Xanax) a los veteranos a pesar de que las directrices de la Administración de Veteranos desaconsejan su uso para el TEPT. La Administración de Veteranos distribuyó estos medicamentos a casi un tercio de los veteranos que estaban siendo tratados por TEPT a pesar de que reconocieron la necesidad de tener precaución en su uso. Una revisión de la literatura indica que el TEPT es un problema social en aumento; que los tratamientos existentes muestran signos de ser problemáticos y que las estrategias de tratamiento innovadoras merecen mayor atención.