Gisela Jakob, Juliane Wolf, Tony VL Bui, Clemens Posten, Olaf Kruse, Evan Stephens, Ian L Ross y Ben Hankamer
La limitación de recursos es una preocupación cada vez mayor dada la expansión y el desarrollo humanos. Las algas son cada vez más reconocidas como un biorrecurso prometedor y la gama de especies cultivadas y sus productos está en expansión. En comparación con los cultivos terrestres, las microalgas son muy biodiversas y ofrecen una versatilidad considerable para una gama de aplicaciones biotecnológicas, incluida la producción de alimentos para animales, combustibles, productos de alto valor y tratamiento de aguas residuales. A pesar de su versatilidad y capacidad para una alta productividad de biomasa en tierras no cultivables, los intentos de aprovechar las microalgas para obtener beneficios comerciales han sido limitados. Esto se debe en gran parte a que los costos de capital y los insumos de energía siguen siendo altos, la necesidad de identificar tierras "adecuadas" con disponibilidad próxima de recursos e infraestructura y la necesidad de optimizar los procesos y las cepas. Las microalgas representan un biorrecurso relativamente inexplorado tanto para cepas nativas como para cepas modificadas. El éxito en esta área requiere (1) métodos apropiados para obtener y aislar cepas de microalgas, (2) mantenimiento eficiente de las cepas madre, (3) caracterización rápida de las cepas y adecuación correcta de las cepas a las aplicaciones, (4) garantizar un cultivo productivo y estable a escala, y (5) desarrollo continuo de cepas (mejoramiento, adaptación e ingeniería). Este artículo ilustra un estudio y aislamiento de más de 150 cepas locales de microalgas como biorrecurso para el desarrollo continuo de cepas y aplicaciones biotecnológicas.