Javier García García de Alcañiz, Victoria López-Rodas, Eduardo Costas*
La magnitud de la pandemia de Covid-19 ha provocado un inmenso esfuerzo científico a nivel mundial que ha permitido identificar casi 300.000 variantes genéticas distintas del SARS-CoV-2, relacionándolas con hallazgos clínicos y epidemiológicos. Entre esta inmensa colección de datos, que constituye el mayor experimento evolutivo de la historia, se esconde la respuesta a lo que ocurrirá en el futuro. ¿Surgirán nuevas cepas, más contagiosas que las actuales o resistentes a las vacunas, por mutación? Aunque la genética de poblaciones teórica es, con diferencia, la herramienta más potente de la que disponemos para hacer una predicción precisa, apenas se ha utilizado para el estudio del SARS-CoV-2 debido a su dificultad conceptual. Teniendo en cuenta que el tamaño de la población de SARS-CoV-2 es astronómico, podemos aplicar un tratamiento discreto, basado en el método de procesos de ramificación, ecuaciones de Fokker-Plank y ecuaciones de Kolmogoroff, para calcular la probabilidad de supervivencia a través del tiempo, para dilucidar la probabilidad de convertirse en genotipos dominantes y cuánto tiempo tomará esto, para nuevos mutantes de SARS-CoV-2 dependiendo de su ventaja selectiva. Los resultados muestran que la mayoría de los nuevos mutantes que surgirán en la metapoblación de SARS-CoV-2 se mantendrán en frecuencias muy bajas. Sin embargo, algunos pocos mutantes nuevos, significativamente más infecciosos que los actuales, surgirán y se volverán dominantes en la población favorecida por una gran ventaja selectiva. Lejos de mostrar una "crisis mutacional", la metapoblación de SARS-CoV-2 aumentará su aptitud volviéndose más infectiva. Existe una probabilidad, pequeña pero finita, de que surjan nuevos mutantes resistentes a algunas vacunas. Un alto número de infectados y programas de vacunación lentos aumentarán significativamente esta probabilidad.