Dzhamal ZM
Los problemas de la gestión han ocupado la mente de la humanidad desde la formación de las sociedades y los Estados. Se convirtieron en puntos centrales de la ciencia política en los períodos de transición del sistema absolutista al republicano y en las posteriores oleadas de revoluciones democráticas. ¿Cuáles son los objetivos de los gobiernos, las formas y niveles de gestión y las mejores formas de su organización? Estas son las preguntas que se plantearon los primeros defensores de la democracia. Como en el mundo coexisten al mismo tiempo diferentes regímenes políticos con sus partidarios y detractores, las respuestas a estas preguntas suenan diferentes. Durante mucho tiempo se determinaron, sobre todo en los países con regímenes autoritarios, desde posiciones estadocentristas que debían promover el fortalecimiento ulterior de la estatalidad a expensas del poder de las sociedades y sus miembros. La vocación de los sistemas de gestión depende de las formas de gobierno. En este artículo se consideran los fines y la vocación de los sistemas de gestión, así como la eficacia de su actividad desde una visión social y humanista sobre todos los procesos sociopolíticos y espirituales de la vida, entendiendo al Estado como la única de las miles de instituciones del hombre, cada una de las cuales está llamada a servirle, resolviendo tareas específicas.