Jerome Aondona Shaguy*
La población de Nigeria representa el 2% de la población mundial, pero Nigeria soporta el 10% de la carga mundial de mortalidad materna. En los últimos 16 años, una combinación del Objetivo de Desarrollo del Milenio 5 y el retorno de la gobernanza democrática en Nigeria ha puesto más de relieve la crisis. Nigeria no cumplió las metas de los ODM (reducir la incidencia de muertes maternas en un 75% para 2015). Las causas proximales de morbilidad/mortalidad en Nigeria son factores clínicos, a saber: hemorragia, sepsis, parto obstruido y complicaciones de abortos inseguros. Estos factores indican una debilidad sistémica en la calidad y disponibilidad de los servicios. Este paradigma ha informado a menudo el diseño de programas. Sin embargo, estudios recientes sugieren que el problema es más complejo y, por lo tanto, requiere más matices contextuales. Se ha demostrado que factores clínicos adicionales, como la distancia a las instalaciones y el costo del transporte, el poder de toma de decisiones y el condicionamiento espiritual y cultural con respecto a la conducta de búsqueda de atención médica, desempeñan un papel importante en la formación de barreras o actúan como facilitadores para obtener mejores resultados en materia de morbilidad materna y, por extensión, mortalidad. Además, las actitudes sociales hacia el embarazo extramatrimonial y las consiguientes prácticas de aborto inseguro desempeñan un papel muy importante. Este problema es en gran medida un “problema del norte de Nigeria”, esta región tiene una carga mucho mayor que el resto del país, 165/100.000 en el sur y hasta 1.549 en el norte. El norte de Nigeria está en gran medida desfavorecido, con un bajo nivel de alfabetización, malas condiciones sanitarias, baja urbanización y altas tasas de natalidad [6]. Este entorno ha generado desventajas relacionadas con el género y un condicionamiento social insular.