Carolina R Borja-Oliveira
Los medicamentos que inhiben la aldehído deshidrogenasa cuando se administran junto con alcohol producen acumulación de acetaldehído. Los efectos tóxicos del acetaldehído se caracterizan por enrojecimiento facial, náuseas, vómitos, taquicardia e hipotensión, síntomas conocidos como síndrome del acetaldehído, reacciones similares al disulfiram o efectos antabuse. Se han reportado desenlaces graves e incluso fatales. Además de los fármacos aversivos utilizados en la dependencia del alcohol, disulfiram y cianamida (carbimida), se sabe que otros agentes farmacéuticos producen intolerancia al alcohol, como ciertos antiinfecciosos, como cefalosporinas, nitroimidazoles y furazolidona, preparaciones dermatológicas, como tacrolimus y pimecrolimus, así como clorpropamida y nilutamida. Las reacciones también se observan en algunos individuos después del uso simultáneo de productos que contienen alcohol e inductores de reacciones similares al disulfiram. Dependiendo del inductor farmacológico, las reacciones pueden ocurrir varios días después de la finalización del tratamiento. La reacción disulfiram-alcohol incluye una disminución moderada de la presión arterial , pero a veces se desarrolla una hipotensión arterial grave potencialmente mortal y shock. También se ha informado de infarto de miocardio secundario a la reacción disulfiram-alcohol. Para la hipotensión grave resultante de una reacción disulfiram-etanol, se ha empleado adrenalina o noradrenalina como agente presor de elección. El fomepizol, un inhibidor de la alcohol deshidrogenasa, puede ser un tratamiento seguro y eficaz de las reacciones graves. Cuando se prescriben o dispensan medicamentos que producen efectos antabuse, se debe indicar a los pacientes que eviten los medicamentos y otros productos que contengan alcohol, como jarabes, vinagre fermentado, salsas y lociones. Es esencial que los médicos, enfermeras y farmacéuticos indiquen a los pacientes que eviten el alcohol durante el tratamiento con medicamentos aversivos e inductores de reacciones similares al disulfiram. Asimismo, incluso cuando la evidencia científica no sea concluyente, dichas instrucciones deben proporcionarse en los prospectos, que a menudo son la única fuente de información para los pacientes y una guía para los profesionales de la salud.