Luana Meléndez*, Diana dos Santos, Luna Polido, Mariel Lopes Mendes, Silvia Sella, Luiz Querino Caldas, Emmanoel Silva-Filho
Estudios recientes han demostrado que algunos metales tóxicos se han asociado con enfermedades neurológicas. La unión y el transporte de estos metales en la sangre puede ocurrir por especies de proteínas de alta masa molecular (HMM) y especies de bajo peso molecular (LMM). Se sabe que estas especies principales son responsables del transporte de aluminio, como es el caso de la transferrina y el citrato. Parece que los niños autistas pueden tener una predisposición genética a acumular grandes cantidades de metales, como se ha propuesto. Este estudio busca comprender el mecanismo tóxico de metales seleccionados en niños autistas y su correlación con las implicaciones psicometabólicas del síndrome. Los resultados preliminares han indicado que algunos metales como el cromo, el arsénico y, particularmente, el aluminio estaban elevados en la sangre de un niño autista, en comparación con los valores de referencia de un niño normal. Se está investigando un estudio de casos y controles. Además, las consecuencias de la enfermedad, como las dificultades en la socialización y las discapacidades en las habilidades del lenguaje, también pueden estar relacionadas con la carga de metales tóxicos en general, particularmente el aluminio.