Monique Mancuso
La industria de la acuicultura ha contribuido significativamente a reducir el hambre y la malnutrición en todo el mundo. La FAO estima que para alimentar al mundo en 2050 la producción debe aumentar en más del 60%. En este contexto, la FAO ha conceptualizado el Programa de la Alianza para el Fomento de la Acuicultura Mundial (GAAP) para prevenir y combatir la pobreza, el hambre y la malnutrición y también para crear una gestión y utilización sostenibles de los recursos naturales en beneficio de las generaciones presentes y futuras. En este contexto, es bueno tener en cuenta el bienestar de las especies cultivadas, contrarrestar el desarrollo de las patologías y estudiar y desarrollar nuevas técnicas de diagnóstico y nuevas vacunas. La detección rápida de patógenos es útil para prevenir pérdidas económicas para los agricultores. Podemos mencionar: inmunodiagnóstico, diagnóstico molecular y tecnologías multiplex, y también aglutinación, métodos de anticuerpos fluorescentes, inmunohistoquímica, ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas y blot. Además, la prevención y el desarrollo de vacunas son necesarios para controlar las enfermedades de los peces y limitar el uso de antibióticos en la piscicultura. Existe una amplia gama de vacunas comerciales disponibles contra patógenos bacterianos y virales y muchas vacunas nuevas están en desarrollo, es decir, tecnología recombinante. Todas estas nuevas tecnologías, tanto las de prevención implementadas gracias a las vacunas como las que permiten una rápida detección del patógeno, deben ponerse a disposición de todos para así minimizar las pérdidas para los agricultores, obtener un producto excelente y de calidad y hacer más sostenible y saludable este importante recurso.