Pooja Gupta, Sakshi Mittal, Nidhi B Agarwal* y Rizwana Parveen
Objetivos: A un número cada vez mayor de pacientes con cáncer se les ofrece quimioterapia administrada sola o en combinación con radioterapia, cirugía o ambas como tratamiento neoadyuvante, concomitante o adyuvante. La disfunción cognitiva es un efecto secundario frecuente de los tratamientos contra el cáncer que puede persistir durante años después del tratamiento y tiene un impacto negativo en la calidad de vida. Por lo tanto, el presente estudio se planificó para investigar la prevalencia del deterioro cognitivo, evaluar la calidad de vida (QOL) y determinar el estado socioeconómico en pacientes con LNH un año después del tratamiento de quimioterapia.
Métodos: Este fue un estudio observacional. Todos los participantes potenciales fueron seleccionados sobre la base de criterios de inclusión y exclusión y los participantes que cumplieron con todos los criterios de inclusión del estudio y no tenían ninguno de los criterios de exclusión se inscribieron en el estudio. La función cognitiva se evaluó utilizando el Mini Mental State Examination (MMSE) o el Hindi Mental State Examination (HMSE), el estado socioeconómico se determinó mediante la escala de Kuppuswamy y la calidad de vida (QoL) se evaluó mediante EORTC QLQ.
Resultados: Se incluyeron en el estudio un total de 90 sujetos (45 casos y 45 controles). El grupo control obtuvo una puntuación más alta en la escala MMSE/HMSE que el grupo de pacientes con linfoma no Hodgkin (LNH), lo que sugiere una diferencia en el funcionamiento cognitivo entre los grupos (26,6 ± 2,4 frente a 27,8 ± 2,1, p=0,019), respectivamente. El nivel socioeconómico no tuvo ningún impacto en la prevalencia del deterioro cognitivo en los pacientes con LNH; sin embargo, se encontró que el LNH era más frecuente en la clase media alta. No se encontraron diferencias significativas entre los casos y los controles en cuanto a la calidad de vida.
Conclusión: La disfunción cognitiva es un efecto secundario frecuente del tratamiento del cáncer que puede persistir durante un año después del tratamiento. Se necesitan más estudios para aclarar el efecto sobre la calidad de vida.