Varun Kunte
El trastorno temporomandibular (TTM) ha sido un enigma en la ciencia médica. Este trastorno consiste en una gran cantidad de síntomas que incluyen chasquidos en la ATM, dolor miofascial, dolores de cabeza, dolor de cuello, dolor de espalda y muchos más. El debate sobre la etiología y la patogénesis ha estado en auge durante décadas. Tanto es así que existen diferentes escuelas de pensamiento sobre el diagnóstico y el tratamiento del TTM.
Numerosos estudios de investigación vinculan el tratamiento de ortodoncia con el TTM. ¿Tiene esto algún valor? ¿Se puede demostrar la asociación? ¿Qué pasaría si tuviéramos tecnología con la que pudiéramos medir las fuerzas oclusales, las lecturas musculares y los chasquidos de la ATM antes y después del tratamiento de ortodoncia? Con la llegada de la biometría, hemos dado paso a una nueva era. Disponemos de tecnología sofisticada como los rastreadores de mandíbula Tuscan EMG JVA que medirán todos los parámetros del tratamiento de ortodoncia. Esto no solo evitará que se produzca cualquier TTM, sino que también perfeccionará el resultado del tratamiento de ortodoncia al garantizar una distribución uniforme de la fuerza y la coordinación entre la oclusión, los músculos y la ATM. Por lo tanto, se reducirá el número de casos de recaída.
Muchos estudios de investigación se basan en conceptos que cambian con el paso del tiempo. La ortodoncia medida con equipos biométricos mejorará el nivel de atención para todos los pacientes. Los datos objetivos ayudarán a los médicos a realizar tratamientos con una tasa de éxito mejorada y descartarán el sesgo subjetivo. ¡La medición importa!