Roland Maes
La lucha contra la tuberculosis está organizada por organizaciones internacionales (OMS, Unión Internacional de Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (UTLD)) y nacionales (Ministerios de Salud). Su estrategia se basa en un enfoque de "medicina de rebaño". Se esperaba que la vacuna y la administración masiva de cuatro medicamentos (isoniazida, rifampicina, etambutol y pirazinamida, con estreptomicina agregada eventualmente para los casos resistentes) en todo el mundo durante décadas resolvieran el problema de la tuberculosis. No fue así porque los medios aplicados para combatir la enfermedad no eran apropiados. La vacuna BCG es la única vacuna en uso, pero a veces promueve la multiplicación de la tuberculosis en lugar de la erradicación; solo se impusieron cuatro medicamentos por procedimientos operativos estándar durante décadas, de los cuales algunos son inmunodepresores y pueden, en algunas condiciones, agregarse a la actividad inmunodepresora del patógeno y favorecer la recaída; el diagnóstico limitado a la detección del patógeno ignora el estado inmunológico de los pacientes bajo tratamiento. El pronóstico, el diagnóstico y el tratamiento de la tuberculosis se pueden mejorar. La vacuna BCG es iatrogénica y necesita reemplazo; Las pruebas diagnósticas basadas en la detección del patógeno tienen su utilidad, pero es necesario completarlas con la detección de casos asintomáticos y el seguimiento del estado inmunológico de los pacientes tratados con una prueba serodiagnóstica que detecte infecciones no aparentes y casos inmunodeprimidos; los medicamentos utilizados para combatir la tuberculosis deben reevaluarse y complementarse con la aplicación de productos inmunoestimulantes en aquellos pacientes refractarios que lo requieran. El uso continuado de una vacuna iatrogénica y de medicamentos inmunodepresores frustra el objetivo.