Irma Th. Rass
Los preparados de glucocorticoides (GC) se utilizan en medicina desde hace unos 70 años como los fármacos antiinflamatorios más potentes, que también poseen propiedades inmunosupresoras, antialérgicas y antitóxicas. Sin embargo, el uso de estos preparados únicos está asociado con efectos adversos graves casi inevitables y una dificultad para su retirada. Es muy importante que los efectos adversos no sean causados por la acción tóxica de los preparados de GC, sino por su naturaleza hormonal. Las hormonas glucocorticoides controlan directa o indirectamente prácticamente todos los procesos metabólicos y fisiológicos del cuerpo. Sin embargo, para estas hormonas prácticamente omnipresentes y de vital importancia no existe un índice de acción específico representativo similar al contenido de glucosa en sangre para la insulina. En el presente artículo se consideran las características específicas del metabolismo de la tirosina que nos permiten considerar los cambios en el contenido de tirosina en sangre como una manifestación de la acción reguladora de los GC. Se compararon los cambios en el contenido de tirosina en sangre con el uso de preparados de GC en dos casos típicos: en el lupus eritematoso sistémico y en la disfunción virilizante suprarrenal congénita en niños. También se estudió el comportamiento de la tirosina en sangre en ratas tras la adrenalectomía y tras la inyección de hidrocortisona. En base a estas observaciones, se propone utilizar el contenido de tirosina en sangre como prueba de laboratorio para prescribir de forma razonable preparados de GC y controlar su dosis. También se estudia el comportamiento de la tirosina en sangre en comparación con la respuesta adrenocortical en la gripe.