Weedin E, Wild R y Conant R
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la principal causa de muerte en las mujeres de los Estados Unidos. Aunque suelen ser una época de bajo riesgo, los años reproductivos de la vida de una mujer ofrecen un momento óptimo para abordar y prevenir futuras enfermedades cardiovasculares reduciendo factores de riesgo como la dislipidemia y la aterosclerosis temprana. Aunque es bien sabido que el embarazo es un estado de mayor resistencia a la insulina, no existen estándares de referencia actuales para definir los parámetros lipídicos normales durante el embarazo. Estudios recientes en animales han informado de hallazgos que sugieren que la dislipidemia no controlada durante el embarazo puede predisponer o aumentar el riesgo inherente de ECV para su descendencia. Además, las mujeres con diabetes no controlada, síndrome de ovario poliquístico (SOP) y trastornos metabólicos específicos pueden tener un riesgo aún mayor de por vida de dislipidemia, lo que afecta a la salud futura de la madre, su hijo y las generaciones futuras. A pesar de la comprensión incompleta de la fisiopatología que relaciona estas enfermedades con el posible desarrollo de ECV, tanto en la madre como en el niño, la importancia de la concienciación y la mejora de la salud general sigue siendo primordial.