Abstracto

Ciudades y cambio climático: ¿Cómo podemos responder?

Ifeka Adolfo Chinenye

El cambio climático es un fenómeno global que afecta en gran medida
a la vida urbana. El aumento de las temperaturas globales provoca el aumento del nivel del mar,
aumenta el número de fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones,
sequías y tormentas, y aumenta la propagación de enfermedades tropicales.
Todo ello tiene repercusiones costosas en los servicios básicos, la infraestructura,
la vivienda, los medios de vida humanos y la salud de las ciudades. Al
mismo tiempo, las ciudades son un contribuyente clave al cambio climático, ya que
las actividades urbanas son fuentes importantes de emisiones de gases de efecto invernadero.
Solo con un enfoque y una acción coordinados a
nivel mundial, regional, nacional y local se puede lograr el éxito. Es
esencial hacer de las ciudades una parte integral de la solución en la lucha contra
el cambio climático. Muchas ciudades ya están haciendo mucho mediante el uso de
fuentes de energía renovables, técnicas de producción más limpias y
regulaciones o incentivos para limitar las emisiones industriales. La reducción de
las emisiones también reducirá la contaminación local de las industrias y
el transporte, mejorando así la calidad del aire urbano y la salud de
los habitantes de las ciudades.
Según el informe especial del IPCC sobre el calentamiento global de
1,5 °C (2019), la población mundial está aumentando especialmente en
las ciudades pequeñas y medianas de los países de ingresos bajos y moderados.
Se prevé que la población urbana aumente en 2.000 millones
para 2050; 360 millones de personas viven en zonas costeras urbanas y 3.000
millones de personas vivirán en barrios marginales y asentamientos informales para
2050.
Los riesgos del cambio climático se concentran en las ciudades y provocan
estrés térmico, inundaciones, enfermedades infecciosas y parasitarias, nuevos
vectores de enfermedades, contaminación del aire, escasez de agua, deslizamientos de tierra e incendios. Estos
riesgos podrían exponer y amplificar tensiones preexistentes como
la pobreza, la exclusión y la gobernanza, especialmente en los países africanos y asiáticos
donde las tasas de urbanización son más altas.
Las ciudades están en la primera línea de la adaptación, con medidas como
la reducción y la gestión del riesgo de desastres y los sistemas de alerta temprana de inundaciones y sequías . Se deben adoptar
diferencias regionales en el gasto en adaptación , de modo que las ciudades en desarrollo gasten más en salud y agricultura, mientras que las ciudades desarrolladas gasten más en energía y agua. La mitigación de los impactos del cambio climático en las ciudades requiere un enfoque holístico ; las economías urbanas necesitan un mayor consumo de energía debido al mayor ingreso per cápita, la movilidad y el consumo. La creciente demanda de electricidad en las ciudades puede impulsar la transición del sistema. Reemplazar parafina, madera y carbón en asentamientos informales mejora la calidad del aire, reduce los riesgos de incendios y la deforestación, lo que









Aumenta la capacidad de adaptación y aumenta la demanda.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado