Anastasios Economou*
Este comentario analiza críticamente los principales avances en el campo de las técnicas de análisis de flujo asociadas con las separaciones de líquidos para el análisis farmacéutico durante los últimos 15 años. Las técnicas de análisis de flujo proporcionan una forma conveniente de realizar ensayos químicos con beneficios significativos en términos de rapidez, simplicidad y costo de la instrumentación, economía, precisión, versatilidad en el manejo de muestras y potencial para la automatización. El análisis de inyección de flujo de primera generación (FIA), desarrollado en la década de 1970, se ha complementado con una serie de métodos de flujo de segunda y tercera generación desarrollados en las décadas de 1990 y 2000, como el análisis de inyección secuencial (SIA) y el análisis de inyección de flujo con múltiples jeringas (MSFIA) [1]. Sin embargo, el principal inconveniente de estas técnicas es su capacidad limitada para determinar simultáneamente varios analitos. Por lo tanto, la combinación de técnicas de flujo con técnicas de separación es muy atractiva porque permite el análisis de múltiples componentes. Fue la introducción de columnas monolíticas [2] lo que hizo posible el acoplamiento directo de las técnicas de flujo con plataformas de separación de líquidos y condujo al desarrollo de enfoques combinados como FIC, SIC y MSC [3-5].