Jill Hutton y George J. Hutton
Antecedentes: El diagnóstico convencional de rubéola congénita es una rara ocurrencia de una exposición materna obvia, que resulta en un bebé que nace con signos obvios como cataratas, sordera, microcefalia o cardiopatía congénita. Paciente: En este caso, una madre sin síntomas, signos o exposición conocidos a la rubéola dio a luz a un bebé varón sin complicaciones. El bebé no presentó anomalías notables al nacer. El niño tenía retraso en el desarrollo y entre las edades de cinco y siete años fue diagnosticado con autismo. A la edad de diez años, una resonancia magnética de su cerebro evidenció un accidente cerebrovascular remoto. Un examen cuidadoso de todos los registros médicos mostró que la madre tenía un aumento considerable en su título de rubéola y, por lo tanto, había estado expuesta a la rubéola durante el embarazo. Resultado: El diagnóstico de rubéola congénita se reconoció más de diez años después del nacimiento del bebé; la rubéola congénita está relacionada tanto con el autismo como con la lesión cerebral isquémica. Conclusiones: Este caso ilustra cómo tanto la exposición materna a la rubéola como la rubéola congénita probablemente sean poco reconocidas, y cómo un recién nacido puede no presentar síntomas externos al nacer, pero el diagnóstico elusivo de rubéola congénita se considera años después.