Buccheri D, Chirco PR, Piraino D, Carella M, Franca EL, Cortese B y Andolina G
El síndrome de Churg-Strauss es una vasculitis poco frecuente, que afecta a vasos pequeños y medianos, recientemente rebautizada como Granulomatosis Eosinofílica con Poliangeítis. El Colegio Americano de Reumatología propuso los siguientes criterios diagnósticos: asma, eosinófilos en el recuento leucocitario superiores al 10%, mononeuropatía o polineuropatía, opacidades pulmonares migratorias o transitorias detectadas radiográficamente, anomalía de los senos paranasales y evidencia de infiltración eosinofílica en los tejidos extravasculares. Al menos, se necesitan cuatro de los seis criterios anteriores para el diagnóstico. La afectación cardíaca se ha documentado en el 16-50% de los casos y a menudo adopta la forma de síndrome coronario agudo o lo imita. Además, puede causar aproximadamente la mitad de las muertes. El daño cardíaco mediado por eosinófilos puede evolucionar a través de tres etapas: la necrótica aguda, la trombótica intermedia y, finalmente, la fibrótica. Se sabe que los eosinófilos infiltrantes pueden dañar el endocardio y el endotelio vascular. Más raras pero igualmente importantes son las vasculitis que afectan a los vasos miocárdicos pequeños y a las arterias coronarias, que pueden conducir a isquemia miocárdica, ectasias y aneurismas de las arterias coronarias debido a la infiltración de eosinófilos y a un daño citotóxico directo mediado por proteínas eosinofílicas. Además, una manifestación poco común del síndrome de Churg-Strauss es el vasoespasmo de la arteria coronaria que puede conducir a angina de pecho, síndromes coronarios agudos o incluso a shock cardiogénico. Los corticosteroides (prednisona o sus equivalentes) siguen siendo la piedra angular del tratamiento del síndrome de Churg-Strauss y la adición de azatioprina o ciclofosfamida está indicada para el tratamiento de pacientes con factores pronósticos adversos o propensos a recaídas. El pronóstico del síndrome de Churg-Strauss es bueno, con una supervivencia global a 10 años del 81-92% de los pacientes. Sin embargo, la afectación coronaria en esta enfermedad puede ser difusa y una afección potencialmente mortal. En este sentido, los fármacos antiplaquetarios (en primer lugar, aspirina) pueden evaluarse en el campo de la prevención primaria coronaria. En este artículo, describimos un caso clínico y una revisión de la literatura desde el punto de vista de la cardiología, destacando la afectación coronaria.