Rosca Paola*, Budowski Danny y Haddad Walid
Israel, al ser una sociedad multicultural, se enfrenta a diferentes patrones de consumo de alcohol nocivo entre los distintos grupos étnicos, que a su vez deben abordarse de una manera que tenga en cuenta la cultura. Este artículo se centra, como ejemplo de la complejidad de la cuestión, en dos grupos étnicos diversos: los nuevos inmigrantes judíos de origen etíope y la población árabe en Israel. Se presenta la gran heterogeneidad dentro de estas dos poblaciones. La población de habla árabe es diversa: la mayoría de los cuales son musulmanes de diferentes sectas, incluidos los beduinos, cuya religión prohíbe el consumo de alcohol; cristianos de diferentes denominaciones, drusos, samaritanos y otros. La tribu judía etíope "Beta Yisrael" (Casa de Israel), cuyos miembros han estado inmigrando a Israel desde 1977, pero lo que aparentemente parece ser una comunidad homogénea, es de hecho bastante heterogénea culturalmente, cuando se trata de desarrollar programas adecuados de prevención y tratamiento. Esta heterogeneidad encuentra su expresión en los diferentes patrones de consumo de alcohol y la epidemiología. Por lo tanto, también se presentan creencias y comportamientos culturales relacionados con el abuso y la abstinencia del alcohol que son relevantes para intervenciones efectivas que tengan en cuenta la cultura. Pero, ¿cómo se pueden planificar intervenciones preventivas y de tratamiento efectivas que se adapten a esta heterogeneidad? El Modelo de evaluación y tratamiento integradores sensibles a la cultura que se presenta delinea las principales etapas y los pasos básicos que se deben dar para implementar una intervención preventiva o de tratamiento que tenga en cuenta la cultura, ya sea en un entorno médico individual o en una intervención de salud pública grupal o comunitaria. Finalmente, se presentan algunas ideas sobre intervenciones sensibles a la cultura para el tratamiento de los trastornos relacionados con el alcohol. “El vino no es para los reyes… no es para que beban los reyes, ni ninguna bebida fuerte para los príncipes, no sea que bebiendo olviden lo que se ha ordenado y atenten contra los derechos de los pobres. Dad bebida fuerte a los desventurados y vino a los amargados. Que beban y se olviden de su pobreza y se olviden de sus problemas” (Proverbios 31, 4-7). “Aunque tu enfermedad [el alcoholismo] no te mate, destruirá tu hogar” (Proverbio etíope).