Uche Adolfo Nwaopara
Antecedentes: En una ciudad rica en petróleo, las profundas deficiencias en los recursos humanos y la infraestructura básica, necesarias para una atención adecuada de la salud mental, son deshumanizantes e inaceptables.
Objetivos: Llamar la atención mundial sobre la relación población-proveedor, la amplia disparidad entre los médicos y la infraestructura disponible para los pacientes y las implicaciones de dicha brecha en la salud mental.
Método: En este estudio retrospectivo transversal, se revisaron 870 pacientes que se presentaron al centro durante un período de 3 meses (mayo-julio). Se utilizó el Registro de asistencia diaria a los centros de salud del Sistema Nacional de Información de Gestión de la Salud del Ministerio Federal de Salud (versión 2013) para revisar a los pacientes en términos de atención médica ambulatoria, hospitalaria y especializada y resultados. Se utilizó la Lista de verificación de instalaciones para pacientes hospitalizados del hospital (para unidades psiquiátricas) para evaluar el nivel de las instalaciones y el cumplimiento de las normas en este centro. El análisis de datos se realizó utilizando SPSS versión 17.
Resultados: En un hospital de 74 camas, había 6 (8,1%) camas, lo que dejaba un déficit de 68 (91,9%) camas con una relación cama-población de 3:100.000 (escasez crítica de camas, <12 por 100.000), con muchos pacientes acostados en el suelo. La relación cama-población fue de 3:100.000. La relación médico/paciente fue de 1:870 (un psiquiatra) o 1:435 (oficial médico + psiquiatra) y una relación psiquiatra-población de 0,48 por 100.000. Las presentaciones psiquiátricas fueron más comunes entre las mujeres 51,4%. El trastorno psiquiátrico más prevalente fue la esquizofrenia con 401 (46,09%) pacientes. La prevalencia de trastorno mental y conductual fue de 9,08 (9,1%). Otros factores fueron la falta de instalaciones sanitarias y de servicios de lavandería, con enormes implicaciones para la salud pública.
Conclusiones: Los resultados de la investigación muestran la existencia de carencias de recursos. Esta disparidad entre la carga de morbilidad y los recursos existentes es una prueba del fracaso de la prestación de servicios de salud sistémica y de la falta de responsabilidad social corporativa. La reversión de esta desagradable tendencia ayudará a mejorar la eficiencia en la prestación de servicios, así como a optimizar la atención al paciente y reducir la brecha de tratamiento.