Belén Tirado-Rodríguez, Mayra Montecillo-Aguado, Mario Morales-Martínez and Sara Huerta-Yepez
Existe un interés importante en determinar si las personas con trastornos alérgicos, como la fiebre del heno, el asma y el eccema, tienen un riesgo mayor o menor de desarrollar cáncer (1). Aunque los estudios epidemiológicos respaldan la asociación entre los trastornos alérgicos y el riesgo de cáncer, la naturaleza exacta de la asociación sigue siendo controvertida. Una disciplina prometedora es el campo emergente de la alergooncología, que se centra en las respuestas inmunitarias mediadas por Th2 e IgE en el contexto del cáncer, pero este campo ha mostrado resultados opuestos respaldados por dos teorías diferentes y contradictorias. En la correlación entre la alergia y el cáncer, existen diferentes componentes, celulares e inmunológicos, que podrían estar involucrados de manera importante dando como resultado un efecto protumoral o antitumoral según el tipo de cáncer y el contexto inmunológico. Una molécula que puede estar involucrada es el factor inducible por hipoxia 1 (HIF-1), un sensor de oxígeno clave que está implicado en el crecimiento tumoral y juega un papel importante en la diferenciación de células T, en parte, por el ambiente de citocinas en el microambiente tumoral (EMT), uno de estos efectos es regular el equilibrio entre la diferenciación de células T reguladoras (Tregs) y células T 17 (Th17). Además, se describe que las células Th17 están implicadas directamente en la gravedad de las enfermedades alérgicas como el asma alérgico. En la presente revisión vamos a destacar la evidencia que sugiere que la sobreexpresión de IL-17 así como la alta activación de HIF1 durante la enfermedad alérgica, induce la promoción del equilibrio Th17 / IL17/Tregs y que resulta en una respuesta pro-tumoral o anti-tumoral, dependiendo del ambiente de citocinas.