Pierre Teodosio Félix*
Terapias con nuevos fármacos han ido apareciendo en pruebas a nivel mundial como potenciales inhibidores de la replicación del virus sars-cov-2. Recientemente, uno de estos fármacos, la Ivermectina, fue reportado como inhibidor de la importación nuclear de proteínas del VIH-1 in vitro, convirtiéndose pronto en el objetivo de un trabajo de prospección internacional (aún no publicado), con pacientes testeados para COVID-19.
Sin embargo, entender los aspectos evolutivos de los componentes biológicos involucrados en la compleja importación fármaco-nuclear ayuda a entender cómo existen estas relaciones en la desactivación de las infecciones virales. Así, se analizaron 153 secuencias del gen de la integrasa del VIH-1 para su estructura genética y diversidad molecular y se detectó la presencia de dos grupos distintos para el gen y no solo uno, así como diferentes grados de estructuración para cada uno de estos grupos. Estos resultados apoyan la interpretación de la falta de conservación del gen del VIH-1 y que el número de polimorfismos existentes, solo para esta estructura del complejo, implica la no eficiencia de un fármaco a niveles poblacionales. De esta forma, la diversidad molecular encontrada en el VIH-1 puede extrapolarse a otros virus, como por ejemplo el SARS-CoV-2, y la funcionalidad del fármaco, al interactuar con el complejo integrasa-importina, puede verse aún más reducida.