Claude G. Malasa
La mayoría de los accesorios de ortodoncia metálicos están hechos de una variedad de aceros inoxidables que se unen (sueldan, broncean) con la ayuda de otras aleaciones. Aparte de estas variaciones, actualmente se utilizan varios métodos de proceso para su fabricación y servicio. Si bien son resistentes a la mayoría de los agentes corrosivos, todos los dispositivos de acero inoxidable son susceptibles a la corrosión, dependiendo de su composición y tratamiento. Como resultado, se liberan diversas cantidades de níquel, un alérgeno conocido, en el cuerpo del paciente. Si bien ya existen métodos estandarizados para probar la cantidad lixiviada in vitro, estos no se aplican a todos los accesorios de ortodoncia y requieren medios sofisticados y costosos.
Para comparar los accesorios, se ha descubierto que es suficiente modificar un procedimiento recomendado por ISO para la evaluación del níquel liberado de las muestras de acero inoxidable destinadas a la fundición. Si la solución recomendada se gelifica y se agrega con reactivos detectores de iones específicos, el grado de ataque de los accesorios sumergidos se puede inferir a partir de la extensión de las manchas de color generadas con el tiempo. Si bien es solo semicuantitativo, el método se ha aplicado con éxito a alambres, brackets y tornillos de expansión, lo que permite detectar los aparatos que tienen mayores posibilidades de poner en peligro la salud del paciente.