Contouris George
Es bien sabido que el siglo XX se considera el siglo de los grandes descubrimientos en el campo de la física. Estos descubrimientos dieron respuesta a un gran número de preguntas que, en los siglos anteriores, pertenecían al ámbito de los prejuicios, las supersticiones y, sobre todo, las religiones.
La base de los descubrimientos anteriores, que son la teoría general de la relatividad, interpreta las cuestiones del macromundo, y la mecánica cuántica interpreta las cuestiones del micromundo subatómico. Ambos establecieron el modelo estándar de cómo funciona el cosmos. Este modelo estándar aún tiene lagunas de preguntas sin respuesta, que la ciencia en el siglo XXI sigue trabajando para descubrir, proporcionando así algunas respuestas. (La laguna principal es la falta de compatibilidad entre la teoría general de la relatividad y la mecánica cuántica, que interpreta la respectiva falta de naturaleza entre el macromundo y el micromundo). En el macromundo, las lagunas están relacionadas en todos los sentidos con los cuerpos celestes, es decir, desde los planetas, extendiéndose en estrellas, galaxias, cúmulos y supercúmulos de galaxias hasta todo el universo visible e invisible. Nuestro título anterior constituye una de estas lagunas.