Jiménez-Luévano MA, Ramírez-Flores S, Sepúlveda-Castro R, Jiménez-Partida AE, Jiménez-Partida MÁ, Ruiz-Mercado H, Cortés-Aguilar Y, Bravo-Cuellar A, Hernández-Flores G
Introducción: La hepatitis fulminante es una entidad clínica grave que presenta una prevalencia de 10/1.000.000 y su mortalidad puede alcanzar el 80% de los casos registrados. Su etiología es multifactorial y no respeta género, edad, ni nivel socioeconómico o cultural. El factor de transcripción NF-κB, el estrés oxidativo, las citocinas proinflamatorias como TNF-α, IL-1β e IL-6 y los factores de crecimiento juegan un papel fundamental en esta patología. El tratamiento de elección es el trasplante hepático; sin embargo, este último está lejos de ser la solución ideal debido a su accesibilidad y costo. Por ello, utilizamos la pentoxifilina como inhibidor del NF-κB y de los procesos inflamatorios y oxidativos.
Objetivo: Evaluar la respuesta de pacientes con hepatitis fulminante al uso de pentoxifilina.
Métodos: Se incluyeron los cuatro casos pediátricos diagnosticados y clasificados con hepatitis fulminante, que presentaban todos los indicadores de mal pronóstico según los criterios del British Kings College. Estos pacientes recibieron tratamiento con Pentoxifilina 200 mg cada 12 h iv. Todos los pacientes recibieron el siguiente tratamiento de soporte: plasma fresco; vitamina K; medidas antiamonio; antiedema cerebral (Manitol); antimicrobianos; soporte ventilatorio; soluciones parenterales, así como nutrición parenteral y enteral (cuando toleraban la administración por vía oral).
Resultados: Presentando una respuesta favorable a las 2 semanas en promedio de iniciado el tratamiento, en relación al daño neurológico, cognitivo y hemodinámico, con mejoría clínica y de laboratorio, evaluando a los pacientes egresados sin presentar complicaciones entre los días 8-10 después de egresar de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Conclusión: Los resultados confirman observaciones previas y son alentadores para estudios multicéntricos y aleatorizados.