Hamid Sarmadi y Mortaza Badri
La formación de términos como globalización, aldea mundial, era de la información, sociedad reticular y lenguaje común internacional indican cambios sustanciales crecientes en nuestra circunstancia periférica. Hoy en día, el ritmo de los cambios de vida es muy rápido con efectos de amplio alcance que intensifican la dinámica de la modernidad. Hoy estamos sujetos a la aparición de comunicaciones industriales globales, la formación de instituciones transnacionales, el desvanecimiento de las fronteras políticas, la similitud estructural e institucional de las sociedades, la internacionalización de los problemas locales, el aumento de las interacciones sociales y el volumen de las comunicaciones y otro desafío global común. Todos estos cambios se pueden realizar en el paradigma de la globalización. Este fenómeno, con su creciente validación junto con el lenguaje global, logra un nivel sin precedentes de comunicaciones transnacionales y humanas. La globalización mediante este método rescata la pequeña y vulnerable estructura de las sociedades de la restricción de las características locales y las combina con grandes organizaciones nacionales junto con antecedentes sociales diversos que han sido agentes de órdenes políticos, económicos y culturales a escala global. De acuerdo con el proceso, incluso una perspectiva crítica creciente de la vida, el ámbito cultural de la vida se altera para desafiar la esfera que, con el aumento de formas resistentes, considera cuestiones fundamentales sobre los vínculos de poder social y cultural. De acuerdo con este proceso, se espera que en la dimensión política. La globalización ha facilitado la creación de un potencial de preparación para muchos países no democráticos del Golfo Pérsico para la reducción de la democracia, así como para la ampliación de la participación política. Los autores consideran que la base de los sistemas democráticos en la era de la globalización tiene como característica principal la extensión de la comunicación humana a través de las redes de comunicación, el fortalecimiento del proceso de democratización y la evaluación de cualquier transformación política y social en esta región. En el marco de las teorías de Francis Fukuyama y Samuel Huntington, se debe decir que la democracia es el destino inevitable de los países autoritarios del Golfo Pérsico y el preludio de la primavera árabe de la democratización y la cuarta ola en las regiones no democráticas.