H Abouzahir, A Belhouss, A Ouhamouaddi y H Benyaich
Los homicidios de niños son relativamente raros pero constituyen acontecimientos dramáticos. Nuestro estudio tiene como objetivo perfilar a la víctima y al autor, las circunstancias del homicidio y los tipos de lesiones encontradas durante la autopsia. Se trata de un estudio retrospectivo de 45 casos de niños víctimas de homicidio, recogidos en el Departamento de Medicina Legal CHU Ibn Rochd de Casablanca, durante un período de 15 años que va desde enero de 2002 hasta diciembre de 2016. Las víctimas eran varones en el 67% de los casos y su edad oscilaba entre un mes y 17 años. El 29% de las víctimas eran menores de 5 años y el 40% tenían entre 15 y 17 años. El autor era una madre en el 20% de los casos, un padre en el 18%, un vecino en el 27%, un miembro de la familia en el 4%, un amigo en el 9% de los casos, una persona conocida en el 16% de los casos y un desconocido en el 6% de los casos. La agresión se produjo en el domicilio de la víctima en el 53% de los casos y en la vía pública en el 47% de los casos. Se trató de la utilización de un objeto contundente en el 27% de los casos y de una cuchilla en el 22% de los casos, de una caída en el 20%, de una quemadura en el 11% de los casos, de un estrangulamiento en el 7%, de una intoxicación por medicamentos en el 9% de los casos y de un niño sacudido en el 2% de los casos. El mecanismo de la agresión sigue siendo desconocido en el 2% de los casos. Según la autopsia, la causa de la muerte fue un traumatismo craneal en 10 casos (22%), un traumatismo torácico en 8 casos (18%), un traumatismo abdominal en 8 casos (18%), una asfixia mecánica en 3 casos (7%) y quemaduras térmicas en 5 casos (11%). La mayoría de los homicidios infantiles involucran al entorno de la víctima. El motivo de ingreso de estos niños traumatizados no siempre se refiere a una agresión, de ahí la regla principal para el médico de sospechar un hecho delictivo detrás de cualquier trauma no documentado en niños pequeños.