Swayam Sarvani Sahoo*
Las plantas están expuestas de forma persistente a diferentes tipos de estrés que provocan heridas. Las plantas se han adaptado para protegerse de los eventos que les producen heridas, como los ataques de herbívoros o el estrés ambiental. Existen muchos mecanismos de defensa con los que cuentan las plantas para ayudar a combatir los patógenos y las infecciones posteriores. Las respuestas a las heridas pueden ser locales, como la deposición de calosa, y otras son sistémicas, que abarcan una variedad de hormonas como el ácido jasmónico y el ácido abscísico.