Leena K Bhattacharya, Melvin V Gerbie y Tina Q Tan
Antecedentes: Los brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación siguen siendo un problema, con epidemias recientes de sarampión, tos ferina e influenza que causaron una morbilidad y mortalidad notables. La vacunación sistemática recomendada de la población adulta ha sido baja y esporádica. Objetivos: Examinar la conciencia, la percepción del riesgo y el conocimiento de las enfermedades prevenibles mediante vacunación comunes en adultos jóvenes. Evaluar la utilización de vacunas (por ejemplo, VPH, T dap e influenza), la recomendación de vacunas por parte de los proveedores de atención primaria y las tendencias de atención médica preventiva para identificar posibles barreras a la vacunación. Métodos: Una encuesta prospectiva anónima de estudiantes de posgrado en Chicago. Resultados: La encuesta fue completada por 2.582 estudiantes; 53,3% eran mujeres. Setenta y ocho por ciento tenía entre 18 y 26 años de edad; 23% de los estudiantes sexualmente activos no usaban condones. Noventa y cinco por ciento informó tener seguro médico, pero 26% de los hombres y 12% de las mujeres rara vez o nunca buscaron atención médica de rutina. Las puntuaciones promedio de conocimiento fueron significativamente más altas para VPH que para tos ferina e influenza. Más del 80% de los estudiantes estarían dispuestos a preguntar a su médico sobre las vacunas. El 14% de las mujeres y el 9,4% de los estudiantes habían sido vacunados contra el VPH y la tos ferina, respectivamente. Los principales obstáculos para la vacunación fueron la percepción de no estar en riesgo de contraer la enfermedad, el coste de la vacuna y la falta de tiempo. Conclusiones: A pesar de la atención de los medios de comunicación sobre diversas enfermedades prevenibles mediante vacunas, una concienciación y una apertura generales hacia la vacunación y un acceso adecuado a la atención sanitaria, a la mayoría de los adultos jóvenes no se les ofrecen o no reciben las vacunas recomendadas. La percepción personal del riesgo y el coste son obstáculos importantes. Son necesarias intervenciones nuevas y creativas para reducir las barreras a la vacunación de los adultos jóvenes.