Modou Gueye, Amadou Sow*, Djibril Boiro, Fall L, Diagne NR, Ndiaye AM, Nakoulima, Fall K, Goumba A, Seye M, Faye PM, Ka AS y Ndiaye O
El diagnóstico de las infecciones bacterianas neonatales precoces (INN) es difícil debido a signos clínicos inespecíficos. La decisión de tratar a menudo se toma sobre la base de un conjunto de argumentos anamnésicos, clínicos y biológicos. Los objetivos de este estudio fueron identificar los factores de riesgo de infección (FRI), los gérmenes responsables de las NBI, así como su susceptibilidad a los antibióticos y la evolución de los neonatos con una IRF. Se trata de un estudio retrospectivo realizado en un centro hospitalario de Senegal desde diciembre de 2017 hasta agosto de 2018. El estudio se centró en recién nacidos hospitalizados con una o más IRF. Durante este período, 620 neonatos fueron hospitalizados y 192 tenían una o más IRF infecciosas, una incidencia del 30,9%. La edad media de las madres era de 30 años [15-46 años]. La mayoría de los recién nacidos nacieron prematuros (53,6%) y el 55,2% tenían bajo peso al nacer. El líquido amniótico teñido (42,7%) y la ruptura prematura de membranas (25,5%) fueron los IRF más frecuentemente reportados. De las 55 muestras positivas, Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae fueron los gérmenes predominantes representando respectivamente el 50,9% (28/55) y el 18,1% (10/55). La mortalidad fue del 28,8% en los recién nacidos. Entre los IRF, solo la ruptura prematura de membranas antes del parto se asoció significativamente con la ocurrencia de NBI (P=0,02). Los IRF asociados se relacionaron significativamente con la evolución adversa (P=0,035). La mortalidad fue significativamente mayor en los prematuros (31,1% vs. 14,6%) (p=0,007). El reconocimiento de los IRF es un elemento fundamental para un mejor manejo del NBI que constituye una de las principales causas de mortalidad.