Doreen Anna Mloka y Erasto Baraka
Las infecciones asociadas a la atención hospitalaria (IAH) son un importante problema de salud pública en todo el mundo, asociadas con altas tasas de morbilidad, mortalidad y costos de atención médica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la prevalencia de las IH varía entre el 5,7% y el 19,1% en los países de ingresos bajos y medios (1). La reducción de la incidencia y la eliminación de las IH es imposible con una vigilancia regular y programas efectivos de prevención y control de infecciones (PCI).