Marcelo Ezquer, Martha Arango-Rodríguez, Maximiliano Giraud-Billoud y Fernando Ezquer
La diabetes mellitus tipo 1 (DT1) es un trastorno multifactorial complejo que implica una pérdida de autotolerancia que conduce a la destrucción autoinmune de las células β pancreáticas. La administración de insulina exógena no puede imitar la regulación precisa de la homeostasis de la glucosa por parte de las células β pancreáticas , lo que conduce a complicaciones graves a largo plazo. El trasplante de páncreas o de islotes solo proporciona una independencia parcial de la insulina exógena e induce varios efectos adversos, incluido el aumento de la morbilidad y la mortalidad. Por lo tanto, la comunidad científica y los pacientes diabéticos aún esperan una terapia eficaz que pueda preservar las células β restantes, reponer la masa de los islotes y proteger a las células β recién generadas de la destrucción autoinmune. Las células madre mesenquimales (MSC) se han considerado una herramienta prometedora para el tratamiento de la T1DM en los últimos años, ya que podrían diferenciarse en células productoras de insulina sensibles a la glucosa. Sus funciones inmunomoduladoras y proangiogénicas pueden utilizarse para ayudar a detener la destrucción de las células β, preservar la masa residual de células β, facilitar la regeneración endógena de células β y prevenir la recurrencia de la enfermedad, lo que las convierte en candidatas ideales para el tratamiento integral de los pacientes diabéticos. Esta revisión se centra en los datos preclínicos recientes que respaldan el uso de las MSC en la regeneración de la masa de células β y también en el tratamiento de varias complicaciones asociadas a la diabetes de tipo 1. También se analizan los resultados de los ensayos clínicos y los obstáculos actuales que deben abordarse con respecto al uso generalizado de dicha terapia.